10h: Una llegada imperial
Edificado a partir de 1854 durante el Segundo Imperio durante el cual Biarritz se convirtió en la reina de las playas y en la playa de los reyes, el Hôtel du Palais fue en primera instancia la residencia de verano de la Emperatriz Eugenia. Napoleón III, su esposo, le regaló este lujoso palacio en el que impera un lujo discreto, que conserva perfectamente con el paso de los años. Pasaron ya los tiempos de las calesas y de las diligencias, de las crinolinas y de los sombreros de copa, pero el recibimiento en el patio principal del hotel sigue estando a la altura de los mejores años del establecimiento.
11h: Cita con el Atlántico
¿Por qué privarse? ¡No hay tiempo que perder! Salir al aire libre y sentir ese olor a sal que pulveriza el océano es todo un deleite. La espectacular piscina exterior construida sobre un promontorio frente al Atlántico ofrece uno de las mejores vistas del palacio y de la ciudad de Biarritz. ¡Siempre es divino un baño en esta piscina de agua marina climatizada!
12h: Llegar a la suite por la gran escalinata
Evidentemente podemos llegar hasta nuestra habitación usando el ascensor, pero la gran escalinata que nos lleva hasta las habitaciones es prácticamente un monumento histórico. ¡Subirlas y bajarlas al menos una vez es casi obligatorio! El hotel, decorado y amueblado al más puro estilo Second Empire, cuenta con 123 habitaciones de las cuales 30 son suites. ¿Las más codiciadas? Las que ofrecen vistas al mar, por supuesto. ¡Y qué decir de la puesta de sol sobre el océano desde una de estas habitaciones!
13h: ¿Tomarán marisco?
Es en el Hippocampe, uno de los tres restaurantes del Palais, donde podemos sentarnos en su terraza -si el tiempo lo permite- para almorzar con vistas al mar. Su carta de verano goza de una buena reputación y las vistas sobre la bahía y la gran playa hacen de este restaurante un lugar irresistible.
15h: Un entrenador personal
El gimnasio con piscina climatizada, jacuzzi, sauna, hammam, sala de cardio y musculación permite ejercitarse y relajarse aprovechando la luz natural. ¿Un consejo? Pedir cita con un entrenador personal. Hay cuatro en el hotel dispuestos a aconsejarnos y a acompañarnos en nuestra sesión de ejercicio.
17h: En la piscina con columnas
¿Puede haber un lugar más bello? La suntuosa piscina interior rodeada de columnas y bañada por luz natural nos recuerda el legendario pasado del Palais. Nada a contracorriente, disfruta de los chorros tonificantes o simplemente relájate en agua dulce… Bienestar asegurado antes de una sesión de Spa Imperial.
18h: 3.000 m2 de serenidad en el Spa Imperial
En 1853, la Casa Guerlain diseñó en exclusiva para la Emperatriz Eugenia el Eau de Cologne Impériale (Agua de Colonia Imperial) a base de aromas de azahar, bergamota, limón, lavanda y romero. Hoy podemos disfrutar de algunos tratamientos a base de esta agua de colonia en el Spa Imperial y en el Espacio Guerlain.
20h: Cena Belle époque
Lámparas de araña, cortinas y columnatas harán que te sientas en la misma Belle Époque… El romanticismo no ha dejado ni por un momento de impregnar la Villa Eugénie, el restaurante gastronómico del Hôtel du Palais. Al frente de los fogones, el chef Jean-Marie Gautier y su cuadrilla, sacan el máximo partido de los productos de la mar y de la tierra del País vasco. Con la puesta de sol, las vistas del Rocher de la Vierge a través de los grandes ventanales es simplemente magnífica.
22h: Alargar el placer
El verano es una época perfecta para disfrutar del Hôtel du Palais, entonces, ¿por qué no estirar las horas en la terraza para seguir disfrutando de las vistas sobre el océano? Además, el Casino está a dos minutos a pie, el centro de la estación a menos de 10. ¿Nos damos un último paseo por la playa?
9h: Cuando llega la hora de irnos
Siempre es una lástima tener que dejar un lugar tan refinado, por eso retrasamos la hora de partir en el gran hall, donde el equipo de restauración del hotel hizo maravillas. Ebanistas, carpinteros, pintores, decoradores, tapiceros y costureros lo dieron todo para sublimar este estilo Segundo Imperio que hace que el Hôtel du Palais sea un establecimiento único en Francia.
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