Alrededor de Poitiers
En Poitiers, es imposible dejar pasar el Futuroscope, que, además, ¡cuenta con su propia parada! Algo muy práctico cuando se quiere disfrutar de las atracciones «Cazadores de Tornados» y «Objetivo Marte». Después, podrás acercarte a «la ciudad de los 100 campanarios», por la red Vitalis. En el programa: museo de Bellas Artes, patrimonio románico, parque de Blossac y paseo en barca por el Clain.
En Niort, una de las puertas al parque natural regional de la Marisma Poitevina, pasearemos entre museos y galerías, saludaremos a la torre del homenaje y degustaremos muchas especialidades locales.
Si el Atlántico te llama, dirígete hacia La Rochelle. El ambiente portuario y sus veleros son una invitación para salir a mar abierto, pero, para aquellos que prefieran la tierra firme, el horizonte también se revela desde lo alto de estas célebres torres. En cuanto a la cultura, ¡la ciudad no se queda atrás gracias a sus museos, la Scène nationale (teatro público con certificación) y, por supuesto, el acuario!
Regreso a la tierra en la capital del 9º arte: estamos hablando de Angulema. Ciudad del cómic (y sede del festival que se celebra anualmente desde hace 50 años), paredes pintadas, las orillas del Charente, el patrimonio románico… «so romantic» 😉
Alrededor de Limoges
Ni más ni menos: la Unesco considera Limoges una «Ciudad Creativa». Y es que, aunque la artesanía relacionada con las artes del fuego (porcelana, esmaltes, vidrieras) se remonte hasta el siglo XVIII, siempre ha estado muy viva y es, incluso, innovadora, como en el caso de las prótesis quirúrgicas de cerámica.
Museo nacional Adrien Dubouché, museo de Bellas Artes, fundación empresarial Bernardaud… Hay muchos lugares en los que se expone la creatividad, entre la tradición y la modernidad.
Otra artesanía se da a conocer en Aubusson, especialmente en la Cité Internationale de la Tapisserie (ciudad internacional de la tapicería), donde se invita a los diseñadores y a otros creadores contemporáneos a entablar un diálogo con piezas históricas. Y sin olvidarnos del tejido de escenas de películas de animación del realizador japonés Hayao Miyazaki tras el éxito del tejido de los diseños de J. R. R. Tolkien, creador de «El Señor de los Anillos».
¿Tienes hambre? En dirección hacia el mercado Georges Brassens de Brive-la-Gaillarde. Allí, los productores llenan los estantes con los mejores productos de temporada. Un mercado dominado por las trufas, la cata del vino de nueces... ¡e ideal para adoptar el acento de la región! Ya estás listo para asistir a un partido del Club Athlétique Brive... Hablamos de rugby, claro. Varios festivales de renombre se celebran durante todo el año.
En dirección hacia Burdeos, hacemos una parada en Périgueux. Aprovecha la visita de las cúpulas bizantinas de la catedral para disfrutar de las vistas panorámicas sobre la ciudad y sus alrededores. Aquí, descubriremos casas medievales y residencias renacentistas, el museo galorromano de Vésunna (diseñado por el arquitecto Jean Nouvel, nativo del lugar) y unos mercados muy atractivos a lo largo de todo el año (sí, aquí también).
Alrededor de Burdeos
En Burdeos, hay mil cosas que hacer y que ver, ya sea en el Garona o en la ciudad, en los museos o en los jardines, en pareja, en familia o con amigos. Y, partiendo desde aquí, hay muchas escapadas posibles...
Por ejemplo, a Sarlat, una ciudad medieval y culinaria en la que se festejan la oca, la trufa y el cine y se celebran las «Arts en folie».
La ineludible bahía de Arcachón está a 50 min en tren. Adopta una «slow attitude»… Las rutas ciclistas llevan hasta playas con puertos ostrícolas, desde la ciudad de invierno de Arcachón hasta el parque ornitológico de Teich, desde la duna de Pilat hasta el faro del cabo Ferret. ¿Te apetece disfrutar de un espectáculo? El teatro Olympia te dará la bienvenida durante todo el año.
Otros paisajes en los valles del Lot y del Garona… Bienvenido a Agen. Una ciudad fluvial con su majestuoso puente acuífero, una obra poco común y un testimonio de la proeza que supuso la construcción del Canal del Mediodía durante el siglo XVIII. Denominado «Canal de los dos Mares» en nuestra región, permite disfrutar de unas agradables excursiones en barco, a pie o en bicicleta. Museo de Bellas Artes y degustación de ciruelas pasas: son completamente imprescindibles.
Alrededor de Biarritz
Terminamos al sur de la región, pero pasando primero por Mont-de-Marsan y Dax, los corazones batientes de las Landas. La primera es escultural (gracias al museo Despiau-Wlérick, único museo francés dedicado exclusivamente a la escultura figurativa, pero también a las numerosas obras que pueblan las calles), mientras que la segunda es termal (con sus numerosos centros de fitness y de bienestar).
Si proseguimos hacia el océano, llegaremos hasta la costa vasca. Estaciones balnearias (Biarritz, la «reina de las playas y playa de reyes», así como Anglet, Guéthary y San Juan de Luz) y la ciudad histórica de Bayona. Seguro que conoces su jamón, ¿pero sabías que también es la ciudad de llegada del chocolate? Desde la pelota vasca hasta el street art, la capital vasca está llena de tesoros que descubrir.
Si nos desviamos hacia los Pirineos, llegaremos hasta la puerta de Béarn, a la ciudad natal de Enrique IV, la cuál heredó el 1er torneo de golf de la Europa continental y los acaballaderos nacionales de la presencia inglesa, la atenta cuidadora de su patrimonio, como de las vides en circo de la vecina Jurançon… ¡Pau tiene muchos tesoros! Lo mejor es empezar admirando las vistas sobre la cadena de las cimas pirenaicas desde el boulevard des Pyrénées.
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De las cumbres de los Pirineos a los canales de la Marisma de Poitou, pasando por los muelles de Burdeos, las playas del Atlántico y las orillas del lago de Vassivière cerca de Limoges, Nouvelle-Aquitaine es una tierra de diversidad, viva y accesible.