Destino natural por excelencia, Oléron, situada a 1 h de La Rochelle y a 1 h 15 min de Cognac, también es una isla marcada por su pasado. El cardenal Richelieu construyó en ella una ciudadela y Napoleón I construyó allí el Fort Boyard.
Recorre la isla y descubre sus muchos tesoros
Los turistas experimentados ya conocen el famoso pueblo de creadores de [Château d’Oléron](http://www.ot-chateau-oleron.fr/), pero hay que ir un poco más allá dentro de la isla, hasta Dolus d’Oléron, para descubrir otros talentos. En efecto, en el pequeño puerto de la Baudissière hay 14 artistas y artesanos que han rehabilitado las cabañas ostrícolas para montar en ellas sus talleres o sus galerías de exposición. La hilera colorida que bordea el canal es una promesa de creaciones originales y únicas.
Después de hacer unas compras 100 % locales, es obligatorio ir a la playa. Y cuando la temporada turística llega a su apogeo, lo mejor es alejarse de las masas. La discreta y salvaje playa de la Nouette es un lugar ideal si lo que se busca es el aislamiento. Rodeada por el bosque estatal de Les Saumonards, La Nouette se hace desear. La arena fina, las aguas transparentes y los parques de ostras que cuadriculan las aguas aparecen tras quince minutos caminando a través del bosque, por el camino de herradura.
Tras los rastros de los dinosaurios
Explorar la isla también es continuar paseando hasta el faro de Chassiron. Allí se encontraron rastros de dinosaurios hace algunos años. Dominique Abit, empleado del faro, lleva recorriendo los acantilados de Saint-Denis d’Oléron a la búsqueda de fósiles desde niño. «Se han descubierto muchos rastros y restos de dinosaurios», nos indica el fundador de la asociación Dinoléron. En 2011, se creó oficialmente un lugar de excavación y se desenterraron restos de dinosaurios de 150 millones de años de antigüedad que fueron analizados por paleontólogos.
Amandine Glinche y su socio, Guillaume Bonnati, llevados por su pasión por el pasado y por su deseo de recuperar una tradición, recuperaron la explotación de Cristal du Saunier. Situada a lo largo del canal de la Perrotine, entre Sauzelle y Boyardville, fue reacondicionada hace tres años tras décadas de abandono. Los nuevos salineros han recuperado la tradición de este pueblo histórico de la sal, además de augurar un producto de calidad.