Desde Hendaya hasta el Anie, el GR 10 atraviesa de lleno los Pirineos Atlánticos. Más espectacular que la ruta GR 8, sendero de la llanura, he decidido seguir su recorrido para descubrir la montaña del interior.
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Collado de las Tres Cruces
En Ainhoa, el collado de las Tres Cruces nos regala espléndidas vistas del verde paisaje del Valle del Nivelle, el pequeño río que fluye entre las colinas. A lo lejos, vislumbro por última vez la costa vasca y el océano Atlántico. San Juan de Luz, Hendaya, Sara… Los primeros tramos de la GR 10 ya han quedado atrás. El vuelo de los buitres, las crestas que recortan la cumbre, el viento que murmulla entre las ramas… El tiempo parece haberse detenido. Sin embargo, debo retomar mi camino. El collado de Veaux (Zabukadoi), situado en la frontera francoespañola, queda todavía lejos y la familia Urdangarín de la granja-albergue Esteben Borda me espera para comer. Me pondré las botas.
Crestas de Iparla
Desde el principio de la ruta, cada tramo empieza con un empinado ascenso que me destroza las piernas. Me ajusto las correas, coloco la mochila pegada a la espalda e inicio el ascenso sobre una alfombra roja de helechos marchitos, que con cada paso, desaparece entre la bruma de las nubes. Tras una hora de caminata, solo me acompaña el silencio y la nada en forma de panorámica. Aislado del mundo, me siento libre y ligero. Pasear por el borde del precipicio nunca me ha resultado tan sencillo.
Cabañas de Irati
Pasé tres días en el refugio de Kaskoleta (Pagaltzeta) esperando a que dejara de llover. Por fin, retomo el sendero que, superados los 800 metros de altitud, se cubre con un manto de nieve fresca y aterciopelada. El suelo cruje suavemente bajo mis pies y deja entrever las huellas de los animales –¿conejos, armiños, zorros?- que me han precedido. En la otra ladera de la montaña, los relieves pintan cuadros monocromáticos. ¡Qué buena idea realizar la ruta en invierno!
Puente colgante de Holzarte
Con la nieve, cuesta avanzar. Me desvío de los picos y de sus altitudes. Mi itinerario se adentra ahora por la ruta de las Cascadas, donde el GR 10 se convierte por momentos en un simple arrollo enlodado. Al fondo del cañón del Olhadubi, escucho burbujear el agua de los torrentes. El puente colgante de Hozarte, suspendido a 150 metros sobre el vacío, se parece vagamente a un puente de cuerda. El vértigo no es comparable al que se experimenta en las cumbres, pero las vistas no son menos espectaculares.
La ruta GR 10 es un sendero exigente, con importantes desniveles y algunos tramos largos. Para disfrutar al máximo del paseo, se recomienda llevar material de camping y viajar ligero. Hay albergues y refugios a lo largo de toda la ruta.