Pau-Pyrénées: Jurançon en versión búsqueda del tesoro
¿Eres un experto en los secretos de la denominación? ¿Los niños conocen la historia de los mosqueteros mejor que sus padres? Solo hay una manera de saberlo: recorrer el sendero de descubrimiento del domaine du Cinquau, en «Entre-deux-Gaves», al nordeste de Pau. Acondicionado para las vistas y debidamente señalizado, este camino serpentea alrededor de la propiedad, entre las viñas y el bosque. Los paseantes, equipados con una tableta y un mapa del circuito, pueden elegir entre dos itinerarios: el circuito corto (1 h) y el circuito largo (2 h). A modo de preámbulo, la aplicación de la tableta da la palabra a un mosquetero virtual, el cual orientará a los caminantes mediante un vídeo explicativo. Así, cada terminal se corresponderá con un desafío de cultura general planteado bajo la forma de POM. No hay ningún tesoro que buscar, sino una recompensa sabrosa a la llegada: degustar los blancos secos y dulces de la explotación. Para terminar, hay que tener en cuenta que esta yincana (de 3 a 5 €/pers.) solo se puede realizar cuando hace buen tiempo (entre abril y octubre).
Domaine du Cinquau, en Artiguelouve. www.cinquau.fr
En las Landas, el Armagnac a tamaño natural
El château Garreau no ha esperado a celebrar su centenario, en 2019, para homenajear al Armagnac y a sus tradiciones. Desde 1986, esta propiedad familiar acoge un ecomuseo completamente dedicado a la destreza del hombre en este territorio histórico, en el que la transmisión y la innovación cohabitan en el día a día. El museo, un centro de investigación, también se pone al servicio del descubrimiento a través de varios espacios lúdicos, culturales y patrimoniales. Los Garreau, que trabajan el dominio desde hace cuatro generaciones, abrieron a las visitas el museo del Viticultor (más de 1000 herramientas representativas del oficio del campesino), el museo de los Alambiques (el más antiguo data de 1919), una exposición permanente de botellas (centenares de frascos, todos igual de originales) y un recorrido por la naturaleza con una inmersión en la fauna y la flora locales (contar con 2 h para el itinerario más largo). La visita llamada «du Prince» incluye pasar por la bodega centenaria y una degustación de armagnac. Tampoco puedes perderte: en agosto, el mercado nocturno, de granjeros y culinario que se organiza en la propiedad (paseos comentados, orquestas, fuegos artificiales...); en septiembre, talleres de «vendimiador por un día» (cosecha de la uva, prensado y aperitivo de degustación); y, en noviembre, la época de la destilación, la posibilidad de catar la cosecha del año.
Ecomuseo del Armagnac. Château Garreau, en Labastide-d’Armagnac. www.ecomusee-armagnac.fr
En Dordoña: Enólogo por un día en Bergerac
Perdido en medio de las fresas y los bosques: así está el Domaine du Bout du monde, donde Véronique Vialard y Olivier Candon cultivan 3,5 ha de viñas en biodinámica.
En 2008, Véronique fue una de las primeras en desarrollar un taller de ensamblaje en la región. «Una manera simpática de crear vínculos y conocer caras nuevas en torno a una pasión común», nos dice. Enóloga de formación, es la encargada de llevar la batuta en esta iniciación. Por parejas, los participantes se colocan alrededor de las barricas, sobre las cuales se depositan una gran probeta y una pizarra. Tras recordar los principios de la degustación, de la importancia de la nariz y del vestido, empiezan a mezclar las distintas variedades. Combinar con elegancia el merlot con el cabernet, ya sea franc o sauvignon, exige paciencia y concentración... Y, a veces, varios intentos antes de conseguir un equilibrio ideal. Aromas a madera o especiados, florales o frutales, se reúnen entonces en una botella única que el aprendiz de enólogo puede incluso personalizar.
Domaine du Bout du monde. Dos direcciones: Les Costes, en Ribagnac, y Pissot, en Creyssensac-et-Pissot. (30 € por persona) www.domaineduboutdumonde.com
En el País Vasco: Irouléguy zen
Aunque sea uno de los viñedos más pequeños de Francia, Irouléguy cuenta con muchas paradas ecoturísticas que dejan marca. Los amantes del vino que busquen grandes espacios no estarán renegando de ellos con el domaine Mourguy: una familia completa explota 9 ha de viñas y ofrece alojamiento a los visitantes que lo deseen en una antigua granja reconvertida en casa de huéspedes (Gîtes de France).
Si quieres conocer mejor la región, puedes reservar un paseo en burro, una excursión que los niños aprecian especialmente (de 12 a 36 € en función de la duración; por horas o por un día). Las viñas, plantadas en terrazas en la montaña Arradoy, se ven de un modo distinto. Para terminar, a apenas diez minutos a pie, el pueblo de Saint-Jean-Pied-de-Port refleja por sí solo el alma de todo el País Vasco.
Domaine Mourguy en Ispoure