La Duna de Pilat, la más alta de Europa
La Duna de Pilat, guardiana de la Bahía de Arcachón, merece el título de ser la más alta de Europa. Es única por sus dimensiones: 117 m de altura, 2,7 km de largo y 500 m de ancho. El ascenso se ve ampliamente recompensado por las vistas que nos esperan en su cima, de una belleza excepcional.
A los colores marinos, los verdes de los pinos y el dorado de la arena se añaden el perfume del yodo y los olores balsámicos.
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2. El Pico de Larrún
En el País Vasco, el Larrún protege celosamente la costa. Es un lugar encantador recorrido por caminos de pastores, los cuales le confieren un ambiente misterioso y secreto. Aquí descubrimos los cromlechs, unos bloques erigidos en círculo y orientados hacia el sol a los que rodean tanto las leyendas como los pottokas, unos pequeños caballos autóctonos y semisalvajes. Y para terminar, no lo dudes y móntate en el Petit Train de la Rhune, un tren cremallera con un trayecto de 30 minutos a 8 km/h.
3. En los Pirineos, los maravillosos paisajes del Soussouéou
Una panorámica sorprendente en Béarn. Estás en alta montaña, en el Parque Nacional de los Pirineos. Según llegamos a Artouste podemos contemplar una gran variedad de paisajes, entre los que se alternan una plétora de picos, grandes pastos y extensiones de bosques de hayas y pinos, lagos... Una ocasión perfecta para ver volar por encima de nuestras cabezas a las águilas reales, los halcones peregrinos o los buitres leonados que vigilan este valle de ensueño. El impresionante Petit Train d’Artouste (a 2000 m de altura) se desplaza a lo largo de la línea ferroviaria más alta de Europa. Una visita que no puedes perderte.
4. Los acantilados de Meschers-sur-Gironde
Al sur de Royan, los acantilados de Meschers-sur-Gironde bordean la «Côte de beauté» y, mirando hacia Médoc, dominan el mayor estuario de Europa desde sus más de 30 metros de altura. Un patrimonio de valor incalculable horadado a lo largo de 1500 m por grutas y viviendas troglodíticas. Las grutas de Régulus y de Matata están acondicionadas y abiertas al público. El lugar más hermoso desde el que contemplar los blancos acantilados de Meschers se encuentra en la magnífica ciudad de Talmont-sur-Gironde.
5. Los Órganos de Bort, en Limousin: un balcón sobre las montañas de Auvergne
En el corazón del Macizo Central francés nos encontramos con el valle del Alto Dordoña. A 437 m de altura, los Órganos de Bort duermen. Es una maravilla natural surgida de las entrañas de la Tierra. Es un monumento natural compuesto por una sucesión de columnas verticales que evocan el instrumento musical. Esta roca es de color azul durante el día y emite un sonido hueco al ser golpeada. En este caso, se dice que las rocas son fonolitas. Todo es música, todo es enorme, todo es increíblemente hermoso.