Gabrielle Chasnel, futura Coco Chanel, encarna la elegancia a la francesa. Nacida en 1883, su vida es una auténtica novela. Esta consumada mujer de negocios sigue siendo la encarnación de la mujer libre y avanzada para su tiempo.
Gabrielle y la abadía de Aubazine, en Corrèze
Huérfana de madre y abandonada a los 12 años, es acogida en la abadía de Aubazine, en Corrèze, junto con sus dos hermanas. De su paso por Aubazine extraerá influencias que le servirán de guía durante toda su carrera.
Una predilección por el negro, el blanco y el beis y prendas con líneas depuradas, reflejo de la vida austera de la abadía cisterciense.
El logotipo de la famosa casa Chanel recupera el diseño de las 2 «C» entrelazadas presentes en las vidrieras de la abadía.
Otro punto importante en su recorrido por Corrèze se encuentra allí, junto a las religiosas, a las que iniciará en la moda.
Para terminar, se inspirará en la arquitectura de estos lugares para crear su villa, «La Pausa», en Roquebrune (Alpes-Maritimes) en los años 30. En esta residencia, recibirá a numerosas personalidades, como los poetas Pierre Reverdy y Jean Cocteau, a la actriz Greta Garbo, al pintor Salvador Dalí y a su esposa, Gala, y al político británico Winston Churchill.
Sus comienzos como modista en su boutique de moda de Biarritz
Comenzó su carrera en 1903. Dotada con una voluntad inquebrantable, aprendió el oficio de modista junto a su tía, en un taller que fabricada ajuares y canastillas. Paralelamente, le encantaba el escenario y cantaba en los cafés de Vichy. Su «sobrenombre Coco» proviene de la canción que cantaba por aquel entonces: «Qui qu’a vu Coco sur le Trocadéro?» (¿quién ha visto a Coco en el Trocadero?).
En 1910, comenzó a fabricar sombreros, pidió dinero prestado a un amigo y abrió su primera boutique, «Chanel Modes», en la rue Cambon 31 de París. Posteriormente, abrió las puertas de otras dos boutiques entre 1913 y 1915, una en Deauville, en los muros del Hotel Normandy, y la otra en Biarritz.
Allí instalará su primera casa de moda y diseñará sus primeras creaciones.
En esta época, tanto Biarritz como Deauville son unas estaciones balnearias muy de moda. Gracias a la moda de los baños en el mar, las boutiques se convirtieron rápidamente en un punto de encuentro para las personas elegantes y la aristocracia. El Hôtel du Palais es conocido por acoger las veladas mundanas más populares.
Coco en la posguerra
Una vez finalizada la Primera Guerra Mundial, Gabrielle buscó ofrecer una mayor libertad de movimiento a las mujeres y liberarlas de los vestidos encorsetados de la época. Creó nuevos tipos de ropa femenina, elegantes y modernos, que sedujeron al público rápidamente por su flexibilidad y comodidad, como la ropa deportiva de punto (Gabrielle empezó a usar el punto durante la guerra debido a la escasez de tejidos), las faldas cortas plisadas, los pantalones anchos y los pijamas de playa, sin olvidarnos de la célebre marinera.
Sus bañadores también tuvieron un gran éxito: Picasso los representó en su cuadro «Las bañistas» durante el verano de 1918.
Coco Chanel también es la mujer que inicia la moda del bronceado. Crea la primera gama de cremas bronceantes. Practica un gran número de deportes al aire libre: golf, esquí, vela, pesca, equitación…
«Las 2 C» en el firmamento de la moda
En 1921, Coco Chanel compra dos nuevos inmuebles en la rue Cambon de París (sede de la casa de moda) y se convierte en la primera mujer en lanzar su propio perfume, «Chanel N°5», un perfume floral creado por el creador de perfumes de la corte de Rusia.
En 1926, diseña el famoso vestido negro inspirado en el uniforme que llevaba en el orfanato de Aubazine. El modelo se convirtió rápidamente en un clásico de su casa de moda.
Coco Chanel consiguió un éxito fulgurante. Empleó a más de 4000 trabajadoras en 1935 y, cada año, 28 000 modelos salían de sus talleres.
Su línea de ropa y accesorios «new-look» cruzaron el Atlántico hasta los Estados Unidos. Allí, trabajó para el mundo del cine y vistió a las estrellas americanas, como Marylin Monroe, Elizabeth Taylor o, más tarde, Jane Fonda o Jackie Kennedy.
En París, suele frecuentar y ayudar a artistas, pintores, compositores, escritores y poetas.
Maurice Sachs decía de ella: «No tenía una belleza armoniosa, pero resultaba irresistible. Sus palabras no eran deslumbrantes, pero su espíritu y su corazón eran inolvidables».
¿Cómo sería Francia sin Coco?
Al principio de la Segunda Guerra Mundial, Coco Chanel presentó una colección «azul-blanco-rojo» y, a continuación, decidió cerrar su casa de moda. Mantuvo abierta la boutique de perfumes y vivió en una suite del Hotel Ritz de París. Este periodo turbio de su vida sigue siendo un misterio. Tras la liberación, se instaló en Suiza, en la orilla del lago Lemán.
Volvió a Francia en 1954, a los 71 años, se instaló en el Ritz de París y creó nuevas colecciones, de las cuales algunos modelos han quedado como básicos atemporales.
Mujer de negocios excepcional e inagotable, Coco Chanel sigue siendo aún a día de hoy un modelo de atrevimiento y anticonformismo. Dejó su marca en el mundo por su estilo y, actualmente, sigue siendo una referencia de la moda en todo el mundo.
Feminista antes de tiempo, preconizaba la independencia y la libertad. «No quites la mesa a menos que el hombre se levante también para hacerlo»: este comentario, inconcebible en la época, revela una personalidad fuerte y rebosante de aplomo.
Independiente tanto en su vida personal como en la profesional, tuvo grandes amistades y vivió amores apasionados.
Ver el vídeo: Coco Chanel «Les femmes sont toujours trop habillées»
La «Grande Mademoiselle» se apagó el 10 de enero de 1971 en su suite del Hotel Ritz de París a los 87 años. Pasó la noche anterior en su taller, verificando todos los detalles de su nueva colección, presentada a título póstumo el 26 de enero.
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