Zoom sobre: La avellana de Cancon
La avellana, un auténtico condensado de energía, es un tesoro con un sabor sutil que ha arraigado en Lot-et-Garonne, cerca de Cancon (a 40 km de Marmande). Esta bastida del norte de Lot-et-Garonne acoge la cooperativa Unicoque, por la que transita el 98 % de la producción francesa de avellanas.
En otras palabras, la avellana francesa es, sin duda, «lot-et-garonnaise». El fenómeno podría llegar incluso a acentuarse, ya que los avellanos viven felices en la tierra arcilloso-calcárea en la que se asientan los vergeles, los cuales aumentan de superficie cada año.
Claude Durand, uno de los pioneros de este cultivo, se encuentra en Lacépède, en pleno pays de Serres, entre el valle del Garona y el del Lot. Antes que él, siete generaciones de agricultores han trabajado estas tierras, donde cultivaron cereales y vides y criaron vacas lecheras. En 1987, Claude se dejó seducir por la avellana. Un fruto con unas cualidades nutricionales únicas.
Ven a conocer a Claude y a Régine, su esposa, así como a Augustin y Amalia, dos de sus hijos. Con ellos, visitarás los vergeles y el espacio de descubrimiento, en el que aprenderás todo lo que hay que saber sobre el cultivo y la transformación de la avellana, antes de dirigirte hacia una degustación. Los comilones la apreciarán especialmente, ya que la avellana se presenta aquí en todas sus formas: como aperitivo, en aceite, con harina integral, avellanas tostadas, alimento untable de avellana y chocolate y muchos otros dulces rellenos de praliné y con chocolate preparados por Augustin, chocolatero de profesión.
La maison de la Noisette de Lacepede: www.lamaisondelanoisette.com
La Tomate de Marmande
El tomate llegó de las Américas, pero encontró en la tierra de Marmande y en su clima un lugar a su gusto. Hasta el punto de convertirse en una especialidad. Generaciones de agricultores han afinado una variedad denominada Tomate de Marmande. Roja, de gran calibre, no completamente redonda y ligeramente acanalada, es reconocida unánimemente por su sabor y su carne sabrosa, que se aprecia tanto en una ensalada como rellena.
La Fresa
Este es el fruto del placer por excelencia. Ese que sabe a verano y a las comidas en las terrazas.
La Ciflorette, jugosa y dulce, la Charlotte, perfumada y suave y la Gariguette, dulce y acidulada, son tanto las variedades que se producen en los campos «lot-et-garonnais» como una búsqueda incansable de calidad, valorizada con la obtención del Label Rouge. Una novedad en Francia para un fruto que se saborea como si fuese un bombón.
Ver la receta de las Pavlovas con fresas y nata montada a la vainilla
La trufa blanca
Un poco menos respetada que su hermana de color negro, la trufa blanca tiene la enorme ventaja de recogerse en verano.
En el departamento, se organizan varios mercados cuando llega la temporada. Los amantes de la trufa se reúnen en ellos, ya que es la ocasión ideal para comprarla al mejor precio. Se consume en ensaladas, como apertivo o sobre tostadas, en rodajas finas. Pero donde más se aprecia es con mantequilla untada en un buen pan de pueblo.
La Ciruela Pasa de Agen
Llegado desde China por la ruta de la seda, el ciruelo pasó a tomar sus características «agenaises» cuando los monjes benedictinos de la abadía de Clairac volvieron de las cruzadas con la idea de injertar una variedad de Damasco. El ciruelo de Ente acababa de nacer. Una piel fina, un bonito color azul-malva... Esta es la ciruela que se cosecha y se seca, la que se convertirá en la ciruela pasa de Agen, el auténtico oro negro de Lot-et-Garonne.