Hace poco, visité con mi pareja una región pintoresca y llena de historia en el
suroeste de Francia: Nouvelle-Aquitaine.
Concretamente tuvimos el placer de conocer Burdeos, el Valle del Dordoña y
los Valles del Lot y del Garona. Nos sorprendió su deliciosa gastronomía, así como sus
impresionantes paisajes naturales.
Nuestro viaje comenzó en la elegante ciudad de Burdeos, famosa por sus
vinos y arquitectura neoclásica. Recorrimos la ciudad con una guía en
bicicleta visitando los puntos más emblemáticos. Es una ciudad muy cómoda
y fácil de recorrer tanto a pie como en bicicleta o en tranvía.
Nos encantaron sus calles empedradas, sus increíbles edificios históricos y las
plazas llenas de vida que crean una atmósfera única y te transportan a otra
época. Todo ello nos hizo entender porque la conocen como “La pequeña
París”.
Subimos a la Tour Pey-Berland. Las vistas a la ciudad y a la Catedral desde
arriba son una auténtica pasada.
Hay numerosas actividades culturales en la ciudad. Una de ellas es Bassins
des Lumières, la cual pudimos visitar y nos encantó. Se trata del centro de arte digital más grande del mundo, que proyecta diferentes obras de arte en las paredes de esta antigua base submarina. Nosotros
disfrutamos de la exposición de Gaudí y Dalí al ritmo de la música de Pink
Floyd. ¡Una maravilla!.
Además, pudimos comprobar la fama mundial de Burdeos a nivel enológico, visitando, a las puertas de la ciudad, los viñedos de Château Pape Clément, dónde además de conocer su bodega, también pudimos degustar sus increíbles vinos y hasta elaborar nuestra propia botella. Esto nos pareció muy original y nos encantó.
Desde Burdeos, nos dirigimos al encantador Valle del Dordoña, un paraíso
para los amantes de la naturaleza y la historia.
Primero visitamos La cueva de Lascaux, el centro internacional del arte
parietal con una increíble réplica de la famosa cueva original. Fue una visita
muy interesante, ya que nos explicaron muchas cosas que no conocíamos
sobre esta cueva y sus pinturas rupestres.
Después, nos dirigimos a Sarlat-la-Canéda, una ciudad medieval con
mercaditos, calles estrechas y empedradas que nos transportaron a la Edad
Media.
Acabamos el día visitando los famosos Jardines de Marqueyssac. Un lugar
mágico con más de 6km de senderos, cascadas, plantas con formas increíbles
y miradores con vistas al Valle y a pueblos como La Roque-Gageac, el cual
también visitamos y nos pareció precioso. Está rodeado de un increíble
acantilado y con vistas al río. También vimos que se podían hacer paseos en
globo aerostático. Un lugar digno de visitar.
Al día siguiente nos dirigimos a Monpazier, un precioso pueblo medieval rodeado de pura naturaleza, dónde puedes realizar varias rutas de senderismo
por sus alrededores. Nosotros aprovechamos para disfrutar de una ruta en
bicicleta eléctrica recorriendo lugares como el pueblo de Villeréal (en Lot y
Garona) y el Castillo de Biron, uno de los más grandes del Valle del Dordoña.
Nuestro viaje continuó en los Valles del Lot y del Garona, una región pintoresca y tranquila.
Exploramos pueblos medievales como Monflanquin y Penne d’Agenais que
nos dieron una idea de la vida rural francesa y su historia.
Aprovechamos la visita para conocer la colección de nenúfares más antigua
del mundo, la cual inspiró al famoso pintor impresionista Claude Monet. Se
trata del Jardín de nenúfares Latour-Marliac en Le Temple-sur- Lot.
Por supuesto, tengo que mencionar la deliciosa gastronomía que disfrutamos
en cada lugar. Desde los exquisitos quesos y foie gras en Dordoña hasta los
platos de pato y cordero en Lot y Garona. Y, por supuesto, los vinos de
Burdeos. Además, todos los platos elaborados con productos km 0. ¡Estaban
increíbles!
Si buscas una escapada que combine lo mejor de la cultura, la naturaleza y la
gastronomía, esta región de Francia seguramente te robará el corazón, al igual
que lo hizo con nosotros.
